Segunda sidrería de la temporada, repitiendo en viernes visto cómo está el
ambiente de los sábados. Decidimos volver a un clásico, Oiarbide, una de las
que más hemos visitado y que nunca ha fallado, ni lo hizo esta vez.
Asistentes: María, Iker, Edu, Nesss
Justifican su ausencia por motivos de salud: Mamen, Diego
Previo
Edu y Nesss empiezan el poteo previo por Hernani preocupados de llegar al
quedite a tiempo. La camarera del Garin le pregunta a Nesss si quiere los
kalimotxos "normales" o "hechos a mano". Ahí no estuvimos muy rápidos porque
los últimos eran tipo cubata, con una cocacola entera y más caros. Unos
tres tragos después, y cuando ya pasaban 20 minutos de la hora del quedite en
el Zumitza, llamamos al móvil de los que faltaban. Llegaron a la vez que la
ración de pulpo con cachelos pedida. Se ponen 50 euracos por persona para
pasar la noche. Nesss por fin le da a Iker el libro del kalimotxo que Edu le
dio al primero a tal fin hace unos años. Ello da pie a
hablar de los experimentos en literatura alternativa del autor más
prolífico de los presentes.
El poteo previo fue intenso. Aunque habíamos quedado entre las 20:30 y 21:00 en la
sidrería, llegamos a las 21:10 a la parada de taxis, donde había un grupo de
gente esperando taxi y varios grupos con el volumen brutal, dando ambiente fuera
del bar clásico de la calle. El primer taxi llegó enseguida, pero el siguiente,
que era para nosotros, tardó 15'. Y es que sólo había dos de guardia, según nos
dijeron. En ese intervalo, Iker incluso llama para corroborar que lo que
decía Nesss acerca de que sonaría el teléfono de los taxis enfrente era cierto.
Sidrería
Nada más bajar del taxi, salen de la sidrería como locos Ja y Ju, a quienes
hacía años que no veíamos, y menos aún en una sidrería, a saludar a Nesss.
Enseguida reconocieron al resto. No nos dieron tiempo ni a pillar vasos ni
a avisar a las sidreras que ya estábamos, vaya vista!! El ambiente en
la sidrería como el de antaño, no es de extrañar que sea la que más veces
hemos visitado. Sebastián "Boitila" no dejó de abrir en toda la noche,
incluso en varios momentos llegó a abrir kupelas cuyos chorros pasaban
sobre las mesas nuevas que estaban sin comensales (la de al lado de nuestra
mesa no, que dijo que estaba vacía). Qué caña de hombre! Obliga a veces
a agacharnos, y lo mismo tenían que hacer los currelas del lugar para
pasar con las bandejas... Aun así, bebimos incluso de las que
tenían grifo puesto; Edu protagoniza algunas aperturas de gran calado entre
el respetable. El kozinski de la camiseta de rugby de Sudáfrica
no deja de decirnos cosas desde la primera foto que nos
ve sacar. Llegamos a preguntarnos acerca del salto
generacional (¿dónde está la gente de veintitantos?). María
destaca indicando múltiples veces "qué bueno" está todo... o todos, eso no
quedo claro. Entre sidrazo y sidrazo se recuerdan muchas anécdotas de la
Fermín Calbetón (Edu sigue guardando las pruebas manuscritas) y las
brutalidades de Iker y Edu bebiendo sidra a morro la última vez que
estuvieron juntos en Oiarbide.
Respecto a la comida, peassso tortilla de bakalao (sobre todo en tamaño), 6
tajadas de bakalao con pimientos muy buenas, 3 txuletones ricos_ricos
(aunque quizá pecaban de mucho tocino), queso, nueces, membrillo, y cigarrillos.
En los postres tenemos que buscarnos la vida para conseguir cascanueces,
aunque llegamos a abrir más de una nuez sin ese instrumento. Txotxes a
espuertas por el ritmo de Sebastián, que sigue al pie del cañón. Total, 30
euros cada uno.
Papá Ju y Nesss se ponen al día en el tramo final. Somos de los últimos en
salir, menudo ritmo que nos hemos puesto... Nesss llama pidiendo un taxi y llega
a la velocidad de la luz, pese a la envidia de los asistentes. Antes trago de la
fuente de agua para refrescar. Vuelta a Hernani.
En el Kixkal, Edu empieza haciendo sonreír unas cuantas veces a Miravalles. Tras
el primer trago, María e Iker se van, ya que los hijos tienen
actividades deportivas al día siguiente (sobre todo el amigo de las canillas
de Nesss). Dejan el encargo de acabar el bote a Edu y Nesss, lo que
consiguen sin ningún esfuerzo y con creces. Después Nesss lleva a Edu a unos
cuantos bares de los que no suelen frecuentar. En uno acaba hablando de
su camiseta del Benfica, de Lisboa y tal y cual. Acaban en el Caserío,
tiran algunas fotos (algunas salen movidas debido a lo que se veía por la
cámara). Total, que cerramos el bar y allí que seguimos trincando
kalimotxo. Las camareras nos sacan los últimos kalimotxos en vasos de
plástico (para ver si nos íbamos??) pero nos los trincamos enteros
en el bar, saliendo pasadas las 5:30, casi a la vez que las
camareras. Éstas tenían que trabajar el día siguiente de
17:00-5:00, pobrecitas!! Tras una breve recena en casa de Nesss, hacia las 6h
nos vamos a la cama.
Epílogo
Al día siguiente somos inteligentes y salimos hacia las 14h. Nos cruzamos con
múltiples hordas de esa generación perdida que iban hacia las sidrerías. También
nos maravillamos con lo bien preparada que iba la gente. A saber cómo volverán!
Edu comprueba lo barato que es potear a sidras, sobre todo si están a punto de
echar los pintxos. Es la hora ideal, porque quedamos los del pueblo y algunos
más. La camarera Heidi recogiendo mesas hace que nos quedemos bizcos, junto
al colgao y el camarero del Zintzarri que nos cuentan las bonitas
historias del sábado anterior (gente esposada escapando de los ertzainas,
peña pegándose delate de los munipas, etc.) y los castings de otros sitios.
A las 15:15 Edu pilla el A2 y se marcha a por el tren de vuelta a Zaragoza.
Nesss aprovecha para leer la prensa y tomar una pinta en el momento más
tranquilo del irlandés. Y tan tranquilo está que se queda a solas con la
camarera que recoge las sillas antes de la llegada de las Hordas que pulularon
a la tarde por Hernani. No ganó ni camiseta ni gorra de San Patricio,
pero sí una buena siesta antes de salir a comprobar por qué los
sábados hemos decidido que, mientras la cosa siga asi, no
volveremos a ir de sidrería.